lunes, 5 de julio de 2010

La psicopedagogía está de moda


Parece mentira, pero ha tenido que ser una conocida serie de televisión, Física o Química, ambientada en un instituto de enseñanza secundaria, la que ponga “de moda” la psicopedagogía. No hay un capítulo en el que no aparezca el psicopedagogo del centro educativo ejerciendo sus funciones o siendo nombrado continuamente como profesional, como guía y orientador del alumnado en los diálogos. Tal vez, el motivo no es otro que un guión que ha exagerado enormemente los problemas cotidianos de un centro educativo y sus estudiantes, para poder ejercer un interés lo suficientemente consistente y, tal vez, morboso en los espectadores.

No obstante, ser psicopedagogo, orientador, con todo lo que significa, es algo más que convertirse en el “loquero” de los institutos y otros centros educativos. Ser psicopedagogo conlleva una responsabilidad enorme, que te permite ser detector de necesidades educativas especiales, de psicopatologías, de relaciones causa efecto entre entornos familiares y alumnos, incluso de estructurar adecuadamente los recursos humanos de una empresa, si nos salimos del ámbito educativo.

A esta responsabilidad, la de ofrecer un ejercicio profesional digno y adecuado, tenemos que sumar otra igualmente importante: poner en valor a la psicopedagogía y a sus profesionales licenciados. Es un esfuerzo añadido, que no encontramos necesario en otras licenciaturas ya consolidadas en el conjunto de la sociedad, pero que no disminuye ni un ápice ni la importancia ni la necesidad de su existencia. Una existencia que pronto llegará a su fin como opción para futuros estudiantes, porque los tiempos cambian y los planes educativos, muchas veces sin sentido, también. Una existencia que deja sobre la mesa y en los centros educativos a muchos psicopedagogos que ejercen o esperan ejercer como tales.

Hace un par de años se celebraron en Ceuta las I Jornadas de Psicopedagogía, donde salieron a relucir muchos de estos planteamientos, que tuvieron su respuesta en mayor y menor medida y que llevaron a una reflexión que considero oportuno recordar en este momento:

El título de este escrito resume de manera escueta y, probablemente, poco “académica”, el resultado reflexivo de aquellas I Jornadas de Psicopedagogía: Salidas Profesionales. Unas jornadas brillantes en su organización y de un interés extraordinario para actuales y futuros Maestros y/o Psicopedagogos.

Tres días de ponencias, comunicaciones, paneles de expertos y mesas de debate en los que se intentó discurrir sobre los diferentes campos de intervención y el futuro que se abre al ejercicio profesional de los licenciados en psicopedagogía. Tres días en los que la ilusión y las expectativas de porvenir de los que somos psicopedagogos o futuros psicopedagogos, experimentaron picos hacia el norte y el sur de una gráfica imaginaria que, de existir, habría quedado rematada en el centro del eje vertical.

A modo de reflexión estrictamente personal, mi conclusión final fue que la Psicopedagogía (utilizo la P mayúscula intencionadamente) es una gran desconocida en ámbitos no universitarios o educacionales. La Psicopedagogía se conoce profundamente en ambientes académicos de formación superior, pero no ha llegado aún a la calle, a la sociedad, a los ciudadanos que, al fin y al cabo, son los que tienen la capacidad de subir a la cima del prestigio universitario cualquier titulación. Ellos son los que, en su día a día, demandarán determinados profesionales con una específica formación académica, con una especialización u otra; son sus hijos/as los que se matricularán en aquellas carreras que les sea de su interés, en aquellas que les garanticen un prometedor futuro laboral y personal. Tan desconocida es para los ciudadanos de a pie, que todavía no he encontrado a alguien que no responda cuando le hablo de mis estudios: “¿Psico...qué?”. (Algo menos actualmente, gracias a la serie juvenil citada anteriormente).

También, en el ámbito empresarial, la Psicopedagogía tiene mucho que decir. No vamos a entrar en las múltiples funciones que un psicopedagogo está capacitado para realizar, porque serían tantas y tan sorpresivas para algunos, que el periódico de hoy quedaría corto de espacio. Tiene tanto que decir, que todavía no ha empezado a explicar a los empresarios quién es o qué es un psicopedagogo y cuánto bien le puede hacer a su empresa en cuanto a recursos humanos, orientación profesional, mediación, planificación laboral, etc. etc.

En definitiva, la Psicopedagogía necesita un plan de marketing. Sí, como suena, necesita una seria y académica campaña publicitaria que la haga llegar a todos los rincones de la sociedad y no se quede en los “telarañosos” rincones olvidados de algunas Facultades. Ha llegado el momento, después de 15 años, de dejar de decir que la Psicopedagogía es una profesión eternamente emergente, es hora de tirarse a la piscina a salvar a esa amiga que hace 5 minutos bucea a pulmón y no sale a la superficie a respirar. Si seguimos esperando, aunque consigamos sacarla a flote más tarde, esa importante compañera, habrá perdido cualquier oportunidad de salir adelante. No habrá ningún erudito boca a boca que la salve.

En alguna ocasión, durante las jornadas, llegué a pensar que había una asignatura que no cursé durante la licenciatura: “Psicopedagogía de las lamentaciones”. No se estudia, ni siquiera tiene un programa de esos que te entregan a principios de curso. Es una asignatura que no tiene calificación, para la que no se hacen exámenes, mapas conceptuales ni proyectos de investigación. Simplemente, la llevas contigo a lo largo de tus estudios, mientras los psicopedagogos en activo, se encargan de alentarla con una descripción pesimista de su día a día laboral. Esperemos que los estudiantes aprueben esa asignatura y la condenen al más lejano de los olvidos, con una sonrisa, al recibir el título.

Uno de los ponentes dijo, refiriéndose a las salidas profesionales, que la Psicopedagogía es como un pulpo al que cada vez le salen más patas. La cuestión es: ¿quién se tira al mar a pescarlo? .

Quique Rodríguez
Asociación Psicopedagógica de Ceuta

Por la seguridad vial de su hijo

La Educación Vial en la etapa de Educación Infantil, de alguna forma, es un primer acercamiento de los niños de estas edades a esta materia, pues ni por madurez ni por capacidad es el mejor momento para el aprendizaje de los comportamientos necesarios para que los niños se desplacen solos por las calles. Sin embargo cuando empezamos temprano sin forzar en ningún momento a los niños, se consigue un aprendizaje antes y más consolidado, siempre dándole el tiempo necesario con una actitud positiva y de tranquilidad.

¿COMO EVOLUCIONA SU HIJO/A?

Su hijo comienza a entrar en la etapa denominada intuitiva, en la que conocen todo a través de los sentidos.

- Su pensamiento es sincrético, intuitivo, concreto y sin reflexión.

- La función simbólica ha logrado su máxima expresión.

- Su razonamiento aún está vinculado al proceso de percepción, que puede ser muy engañosa, pues su hijo puede centrarse en dos dimensiones sucesivas.

- Las características del pensamiento de su hijo son: Centración (incapacidad de captar diversas variables de un problema); Irreversibilidad (no es capaz de retroceder una situación).

- Pensamiento mágico (no es capaz de discriminar la realidad de la fantasía); Juego simbólico (utiliza todo tipo de objetos dándoles otros significados durante el juego).

- A nivel lingüístico, le gusta mucho hablar, especialmente preguntar. Es normal que haga preguntas sin parar, enlazando una pregunta con la siguiente.

- Su adaptación social y su autonomía mejoran de forma considerable, son capaces de jugar en grupo, de comer, de vestirse y desvestirse de forma autónoma, …

- La motricidad gruesa experimenta un buen desarrollo, esto se debe a la necesidad de gastar energía y de moverse, propias de esta edad.

SU HIJO/A Y SU RELACIÓN CON EL TRÁFICO

La percepción del tráfico:

La percepción visual de los niños de esta etapa se caracteriza por tener un campo muy limitado. Así, el campo visual es sólo de 110 grados a los 6 años, ampliándose progresivamente hasta llegar a los 180 grados, que es el de los adultos. La limitación del campo visual dificulta la detección del movimiento en la periferia del campo (obligando a los niños pequeños a girar la cabeza para detectar movimientos laterales), lo que implica un aumento en el tiempo de reacción para identificar los objetos que se localizan en dicha zona.

También tienen limitaciones para localizar la dirección del sonido, necesitando la confirmación visual para detectar la fuente de emisión del mismo. Otras dificultades son las de estimar las distancias y la velocidad de los objetos, lo que conlleva que no puedan calcular bien el tiempo que un vehículo tarda en llegar a la posición que ellos ocupan, ni la distancia que hay hasta la otra acera ni, por tanto, el tiempo que tardarán en cruzar la calzada. En cuanto a la capacidad para determinar la velocidad de los vehículos, los niños y las niñas, hasta los 8 años aproximadamente, consideran los coches ruidosos y pequeños como más rápidos que los silenciosos y grandes.

También hay que mencionar la importancia que tiene en la percepción del tráfico la estatura de los niños y las niñas de esta etapa lo que provoca que tengan más obstáculos que los adultos (por ejemplo: turismos aparcados, contenedores de basuras, etc.), y que su perspectiva les cause muchos problemas para la estimación de distancias.
La atención.

El control de la atención no se consigue hasta prácticamente los 5 años. Esto hace que en situaciones viales muchas veces los niños presten atención a aspectos intranscendentes para las mismas, como por ejemplo un amigo que está en la otra acera. A finales de esta etapa el niño o la niña ya puede centrarse en dos dimensiones sucesivas y, hacia los 6 ó 7 años, puede distinguir entre situaciones en las que debe realizar búsquedas de elementos significativos -por ejemplo bordillo- de aquellas en las que puede dedicarse a jugar.
El proceso de toma de decisiones.

La toma de decisiones en la situación vial, se ve afectada por múltiples procesos independientes como son:
• Estimación de la distancia, velocidad y tiempo.
• Anticipación inadecuada de las posibles acciones de otros participantes en el tráfico.
• Inadecuada percepción de la causalidad, lo que provoca una excesiva aceptación del riesgo al no poder ver las implicaciones peligrosas que tiene el tráfico.
• La impulsividad, ya que sólo a partir de los 5 ó 7 años consiguen inhibir sus impulsos en favor de otras funciones más cognitivas.
• La lentitud en el procesamiento de la información, que es mayor que en los adultos, por lo que desaprovecha algunas situaciones viales favorables para atravesar las calles.

EL APRENDIZAJE DE REGLAS EN SU HIJO

Los niños y niñas de Educación Infantil comienzan a conocer y respetar algunas reglas como forma de socialización, influyendo esto también en su conducta vial: posibilidad de desplazarse en itinerarios poco peligrosos, mayor autonomía,...

Todas estas características de los niños de esta etapa, no deben poner en duda la necesidad de la Educación Vial en la misma, sino que deben llevarnos a tenerlas en cuenta a la hora de planificar y programar las distintas actividades, situándonos en su “zona de desarrollo potencial”.
- Perspectiva globalizadora: se parte de la concepción del aprendizaje como producto del establecimiento de múltiples conexiones entre los nuevos aprendizajes y lo ya aprendido.
- Aprendizajes significativos: implica partir de los conocimientos previos de los alumnos/as, es decir, partir de lo que éstos conocen y piensan, conectar de sus intereses y necesidades.
- Aprendizaje funcional: la escuela ha de educar para la vida, así es fundamental que el alumno/a sea capaz de utilizar en su vida cotidiana lo aprendido en el ámbito escolar.
- Actividad-juego: supone la fuente principal de aprendizaje y desarrollo en la infancia. La actividad es importante tanto para el desarrollo físico como para el cognitivo. Es a partir de la propia actividad como el niño/a aprende y transforma la realidad.

En consecuencia la metodología en la etapa de educación infantil ha de potenciar situaciones y tiempos donde los niños/as puedan desarrollar sus capacidades de manipulación, observación, experimentación, construcción,… a través de experiencias variadas que les permitan aplicar y construir sus propios esquemas de conocimiento.

El juego o actividad lúdica va a adquirir un papel relevante al ser una actividad natural en estas edades y siendo motor del desarrollo tanto emocional, intelectual y social.

Los padres/madres son los responsables más directos de la educación vial de sus hijos y son el contexto de desarrollo en el que preferentemente se desenvuelven los niños/as en estas edades.

Los padres/madres, a través de su ejemplo, son los primeros agentes educadores y los primeros modelos de comportamiento de sus hijos/as. Tanto si la conducta que ellos realizan es buena o mala, ésta será la que el niño/a adopte y la que tomará como referencia. Se deberán aprovechar todos aquellos desplazamientos que realicen con sus hijos/as para poner en práctica y reforzar los contenidos de educación vial que desde el aula se estén trabajando, dándose en algunas ocasiones, casos en que los propios hijos/as sean los que puedan llaman la atención a la mala conducta provocada por el padre/madre.

CONSEJOS DE SEGURIDAD VIAL PARA LOS PADRES

Fomente desde el principio, en sus hijos, hábitos y comportamientos seguros. Recuerde que la educación es uno de los pilares fundamentales para la reducción de accidentes de tráfico.

Es esencial que se comporte adecuadamente como peatón acompañado de su hijo en el uso de las vías públicas, respetando las normas de circulación y seguridad vial.

En edades tempranas los niños aprenden muchas conductas que observan en los mayores. Recuerde: practique con el ejemplo.

Cuando lleve de la mano a sus hijos, hágalo por la parte interior de la acera. Además de tenerlos más protegidos le evita respirar los humos de los coches.

Es realmente necesario que tanto Usted como sus pasajeros utilicen siempre los sistemas de retención y protección: cinturón de seguridad, casco y sillas infantiles. Solamente con que utilizáramos en todos los desplazamientos, por cortos que sean, estos sistemas de seguridad conseguiríamos reducir muchas muertes y lesiones de gravedad.

Enseñe a sus hijos el camino más seguro para ir al colegio, indicándoles los posibles peligros que se puedan encontrar.

Procure que su hijo actúe cada vez de forma más autónoma en sus actividades habituales.
Recuerde que muchas de las muertes y atropellos se producen a la salida del colegio. Tenga precaución, también después del “cole”.

Insista a sus hijos para que esperen en lugar seguro.

Ayúdele a observar y a explorar su entorno más inmediato, incentivando su actitud de curiosidad.

Motive a su hijo a descubrir, conocer y controlar progresivamente su propio cuerpo, con el objeto de que valore sus posibilidades y limitaciones.

Si realiza viajes largos, pare frecuentemente para que puedan descansar. Tenga en cuenta que los niños necesitan moverse frecuentemente y se aburren con facilidad.

Procure que su hijo adquiera conciencia ciudadana en relación con el uso de las vías publicas y el trafico.

Ayude a su hijo a progresar en al adquisición de hábitos encaminados a la creación del sentido vial (observación visual, auditiva, de prudencia y pronta decisión, psicomotrices, relacionados con la noción espacial, etc…).

Regale seguridad: un casco, rodilleras o un chaleco para la bicicleta les evitarán más de un apuro.
Sus hijos deben saber que los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, están para ayudarles en caso de apuro. No es bueno por tanto, la costumbre de tratar de intimidar a los niños con la Policía, porque con ello solo logrará que en caso preciso su hijo no recurra a quien precisamente está para ayudarle.

Daniel y Quique Rodríguez Castillo
Asociación Psicopedagógica de Ceuta

Propuestas para el éxito escolar


Cada elemento del proceso educativo: alumnado, familias, profesorado es un diamante. Por tanto, de un gran valor. No podemos permitirnos que año tras año tengamos tales tasas de fracaso escolar entre el alumnado, familias que demandan ayuda en el proceso educativo de sus hijos o profesores desmotivados.

Los países más desarrollados, por ejemplo los del norte de Europa, son los que cuentan con la población más preparada, no los que disponen exclusivamente de abundantes recursos naturales. En España y en Aragón no se está invirtiendo lo suficiente en educación. Porque formar lo mejor posible a toda la ciudadanía es una gran inversión de futuro, aunque no tenga rentabilidad política a corto plazo. Precisamente, la crisis económica pone de manifiesto que el modelo de grandes inversiones en eventos permite un desarrollismo a corto plazo que origina burbujas. Ello conlleva que un buen número de alumnos abandonen el sistema, obnubilados por la incorporación rápida al mundo laboral, sin una buena preparación. Cuando la burbuja estalla, nos encontramos con la dificultad de que muchos de los parados tengan otra ocupación por su baja cualificación.

Mientras que en buena parte de los países europeos se viene destinando más de un 6% del PIB desde hace muchos años, en España, incluso en los años de bonanza, siempre se ha invertido por debajo del 5% en educación. El presupuesto de 2010 es del 4,92%. Con estas cifras es difícil competir. Es como si en Fórmula 1, pormucho voluntarismo que pusiéramos, con un excelente piloto, pero con un coche poco potente hubiera que competir con el Ferrari de Fernando Alonso. Esa es la sensación de buena parte del profesorado, que con un sistema caduco debemos afrontar retos mucho más exigentes.

Y si es importante la cuestión económica, aún lo es más la personal. Cada vez que un niño fracasa en la escuela es también un fracaso personal. Aunque en realidad el fracaso tampoco habría que achacárselo a él, a su familia o al profesorado, sino al propio sistema. Los problemas de convivencia, de fracaso y de abandono escolar se deben en gran medida a la falta de respuesta educativa adecuada para determinados alumnos. En este momento, se está barajando la posibilidad de un pacto por la educación.

En España, el fracaso escolar (31%) dobla la media europea (15,7%). Finalizan la ESO solo un psicopedagógicos para afrontar estos importantes retos.Abordar con seriedad una serie de reformas estructurales exigirá una mayor inversión sostenida a lo largo de muchos años. Este debe ser de verdad el pacto al que tienen que llegar nuestros representantes políticos. Porque la solución a estos problemas va a exigir grandes inversiones. Vamos a enumerar algunas de las propuestas más importantes. La atención a la diversidad debe ser mucho más ambiciosa, debería contemplar, además, actuaciones con el alumnado con alta capacidad intelectual. España no se puede permitir el lujo de que el alumnado con mayor capacidad no obtenga excelentes rendimientos académicos. El tratamiento educativo del alumnado inmigrante debe ser mucho más innovador, debe implicar a más especialistas —como los servicios sociales o los servicios de orientación— y no recaer exclusivamente en el profesorado. En todo caso, el sistema educativo debe garantizar una respuesta adecuada en el momento en que lo precisa un alumno. Debe haber más flexibilidad, ya que nuestras escuelas son más complejas que las de hace unos pocos años, la heterogeneidad es mayor que nunca. Tanto las infraestructuras de una buena parte de los centros, más propias del siglo XIX que del XXI con aulas tipo para alumnado homogéneo, como cuestiones relacionadas 61,8%, frente al 76,7% de la media europea. En ambos casos, la situación solo es peor en Malta y Portugal. La Unión Europea ha dado varios toques de atención al Gobierno español para que reduzca esa tasas. Según datos del propio Ministerio la tasa de repeticiones es del 15% en Primaria y del 42% en la Secundaria obligatoria. Repiten más los chicos (48%) que las chicas (36%). Estas cifras suponen, además de consideraciones pedagógicas, un gran coste económico: cuestan al Estado mil millones de euros al año.

Si queremos aumentar el éxito escolar, la sociedad entera debe priorizar la educación. No valen declaraciones de intenciones sin una inversión y, sobre todo, una determinación clara de que el sistema educativo debe mejorar. Exigiendo más a cada una de las partes, controlando la eficacia, invirtiendo en infraestructuras y, sobre todo, en profesorado. Hemos perdido demasiados años en debates estériles que poco tenían que ver con la educación y mucho con la ideología. Por ejemplo con el caso de la Educación para laCiudadanía. Mientras tanto, no se escucha a las personas que estamosencontactodirectoconlas familias y el alumnado.
Propuestas Pedagógicas

Desde la Asociación Psicopedagógica proponemos dejar de lado la ideologización de la política educativa y que se consideren exclusivamente criterios psicopedagógicos para afrontar estos importantes retos.Abordar con seriedad una serie de reformas estructurales exigirá una mayor inversión sostenida a lo largo de muchos años. Este debe ser de verdad el pacto al que tienen que llegar nuestros representantes políticos. Porque la solución a estos problemas va a exigir grandes inversiones. Vamos a enumerar algunas de las propuestas más importantes.

La atención a la diversidad debe ser mucho más ambiciosa, debería contemplar, además, actuaciones con el alumnado con alta capacidad intelectual. España no se puede permitir el lujo de que el alumnado con mayor capacidad no obtenga excelentes rendimientos académicos. El tratamiento educativo del alumnado inmigrante debe ser mucho más innovador, debe implicar a más especialistas —como los servicios sociales o los servicios de orientación— y no recaer exclusivamente en el profesorado. En todo caso, el sistema educativo debe garantizar una respuesta adecuada en el momento en que lo precisa un alumno.

Debe haber más flexibilidad, ya que nuestras escuelas son más complejas que las de hace unos pocos años, la heterogeneidad es mayor que nunca. Tanto las infraestructuras de una buena parte de los centros, más propias del siglo XIX que del XXI con aulas tipo para alumnado homogéneo, como cuestiones relacionadas con la autonomía de las decisiones o la promoción del alumnado deberían adaptarse a la realidad actual. Es necesaria una concepción de la escuela, más participativa con espacios, tiempos y agrupamientos mucho más flexibles, unas ratios más reducidas y unos centros educativos menos masificados. Hay que ser más ambiciosos en los grupos de refuerzo, en los desdobles y en las adaptaciones curriculares.

Flexibilidad
Hay que anticiparse a los problemas, tanto de tipo académico comode convivencia. Si no haymedidas preventivas, que deben adoptarse desde las diversas disciplinas y en el momento en que surge el problema, posteriormente las soluciones serán mucho más difíciles. La apuesta es que cada alumno tenga una atención especializada desde el principio, si es en Infantilmejor que en Primaria. En ese sentido hay que favorecer la función tutorial para que el profesorado disponga del tiempo necesario para cada alumno individualmente.

Otro aspecto que ha de adecuarse a las exigencias de la sociedad actual es la metodología didáctica.Cuando un alumno fracasa o debe repetir, se vuelve a reproducir el mismo sistema docente que ya ha demostrado su fracaso. Continúan primando las aptitudes cognitivas, y su evaluacióncon elmodelo-examen, frente a otros factores de tipo actitudinal y procedimental. Es necesario profundizar mucho más en medidas contrastadas que están dando muy buenos frutos, como el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje colaborativo y la mediación entre los propios alumnos.

Formación inicial y permanente del profesorado adaptada a las nuevas necesidades.Hay que asesorar al profesorado en cuanto a problemáticas que antes se desconocían, como los alumnos disruptivos, la desmotivación, el déficit de atención, la hiperactividad, las ludopatías, la anorexia, el ‘ciberbullying’ o la drogadicción. También precisan formación en temas tales como: materiales específicos para trabajar en esa diversidad, agrupamientos más flexibles, las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, evaluación, mejora de la tutoría, medidas para mejorar la convivencia en la comunidad educativa, etc.

Son necesarios profesionales que hagan realidad las medidas anteriormente aludidas. Es decir, si no hay más profesores de apoyo, orientadores, trabajadores sociales y profesionales de la salud no se puede diagnosticar a tiempo cualquier problema personal o de aprendizaje. Por otro lado es imprescindible que el profesorado disponga del tiempo necesario para la formación y la atención a la diversidad. Si no se reducen las ratios es imposible que estas funciones se hagan con la suficiente calidad. Es imprescindible la formación emocional del profesorado, de los alumnos y de las propias familias. Gran parte delmalestar docente y de los problemas de convivencia se debena que no se están gestionando adecuadamente los conflictos.

Finalmente, pedimos una mayor implicación por parte de las familias y del propio alumnado. La sociedad deberá hacer un esfuerzomayor en educación, pero también deberá exigir que estos recursos se utilicen bien. Cuando sea precisa una gran inversión en un alumno por sus dificultades personales, habrá que poner todo el empeño en ello, pero también deberemos pedir responsabilidades cuando por desidia no se aprovechen estos recursos.

Juan Antonio Planas
Presidente
Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España
y colaborador de la Asociación Psicopedagógica de Ceuta

domingo, 13 de junio de 2010

La intervención psicopedagógica en el ámbito ecuestre


En un artículo anterior a este, comenté la importancia del psicopedagogo en el ámbito del deporte. Un psicopedagogo que tenía que ser capaz de revalorizar el aspecto educativo del deporte, ser mediador entre los distintos agentes sociales que conforman un club deportivo (instituciones, clubes, entrenadores, deportistas, etc.) y conseguir o facilitar la formación de sujetos integrales para mejorar en el día a día.

El tema que quiero tratar en este artículo es el del ámbito ecuestre y como podría intervenir un psicopedagogo en algunas de las modalidades que tiene este deporte para la terapia de pacientes con algún tipo de necesidad educativa especial.

En primer lugar voy a hablaros de la equitación terapéutica, que es cuando nos referimos a la equitación con una finalidad rehabilitadora específica, en ella se pretende que el movimiento y la relación con el animal tengan sobre el jinete o amazona una influencia terapéutica individualizada.

Dentro de la equitación terapéutica encontraríamos la hipoterapia que se basa sobre todo en los movimientos del caballo y observar las respuestas que producen en nuestros jinetes. Pero es aquí donde quiero ver que estas respuestas tienen que ser observadas por psicopedagogos, técnicos, fisioterapeutas, psicólogos, logopedas, los cuales van a analizar y evaluar las respuestas que dé el paciente a esos movimientos que hace el caballo, para poder así modificar posturas y adaptar el paso del caballo a las necesidades terapéuticas del paciente.

En la hipoterapia podemos distinguir la hipoterapia activa y la pasiva. En la pasiva el paciente aprovecha el calor corporal del équido montándolo y en la activa se añade la hipoterapia pasiva más la realización de ejercicios neuromusculares por parte de nuestro jinete, para mejorar aspectos como la coordinación psicomotora, simetría corporal, equilibrio, tono muscular, etc.

Los efectos terapéuticos que conseguiremos con la hipoterapia son numerosos y entre ellos encontraríamos el beneficio en el:

Área neuromotora

  • Regulación del tono muscular
  • Inhibición de reflejos tónicos y movimientos asociados
  • Grabación y automatización del patrón de locomoción

Área sensomotora

  • Desarrollo de la sensopercepción táctil
  • Desarrollo del sistema propioceptivo
  • Fomento de la integración sensorial (táctil, visual, auditiva)
  • Desarrollo de la conciencia e imagen corporal

Área psicomotora

  • Estabilización del tronco y la cabeza
  • Desarrollo del equilibrio horizontal y vertical (Estimulación del sistema vestibular)
  • Construcción de la simetría corporal
  • Fomento de la coordinación psicomotriz gruesa y fina
  • Desarrollo de la lateralidad
  • Incremento de la flexibilidad, agilidad y fuerza muscular

Área sociomotora

  • Desarrollo de la comunicación análoga, verbal y meta-comunicación
  • Aumento de la concentración de la atención
  • Confrontación de temores personales
  • Incremento de autoconfianza y autoestima
  • Desarrollo de la voluntad
  • Aumento de la capacidad de adaptación
  • Disminución de la agresividad
  • Desarrollo del comportamiento cooperativo
  • Desarrollo de la responsabilidad.

    La importancia del psicopedagogo gracias a su formación en aspectos como en intervención con alumnos con necesidades educativas especiales, psicoterapias, educación para la salud y así una larga lista de de conocimientos que posee un psicopedagogo, sería la de coordinar los distintos profesionales que intervienen en la hipoterapia, formar a monitores y técnicos en los distintos trastornos del desarrollo que se pueden encontrar con sus jinetes, buscar junto con el fisioterapeuta los ejercicios más adecuados para realizar con los pacientes.

    El tipo de paciente que nos vamos a encontrar requiere una serie de atenciones “especiales” que deben ser conocidas por todos los profesionales que intervienen en la terapia y quién mejor para formar a estos profesionales que un psicopedagogo que a lo largo de su carrera ha ido adquiriendo los conocimientos necesarios para “enfrentarse” a estas situaciones.

    El psicopedagogo debe hacer de esta terapia, una equitación inclusiva, la actividad motriz implicada en la monta del caballo reportará una serie de experiencias y vivencias cinéstesicas, visuales, auditivas y táctiles difícilmente alcanzable por otros medios, sin olvidarnos de los aspectos cognitivos, emocionales y sociales, implicados en el trabajo con animales, máxime cuando se plantea una metodología de trabajo cooperativa. Utilizaremos el caballo como agente posibilitador que implementará la acción motriz, la acción terapéutica y la acción lúdico deportiva.




    El psicopedagogo encargado de estas terapias tiene que dar una visión a toda la sociedad de que el jinete con necesidad educativa especial, es capaz dentro de sus posibilidades, pertenecer a un centro ecuestre normalizado e incluso llegar a montar con jinetes en una clase “normal”. Es aquí donde el profesional de la psicopedagogía tiene que tener el papel de concienciar a la sociedad que todo con esfuerzo y trabajo se puede conseguir, que estos jinetes se sientan cómodos en el ámbito y la realidad en la que se ven envueltos.

    Uno de los problemas a la hora de practicar la hipoterapia sería el condicionante social, con esto me refiero a que la equitación está considerada un deporte de élite y poco accesible por los costos derivados de su práctica, el psicopedagogo debería encargarse de diseñar programas de trabajo y hacerlas llegar a las instituciones municipales, es decir, hacer de mediador entre la escuela ecuestre y la institución. El uso del caballo con fines terapéuticos normaliza la presencia de niños con discapacidad y abre las puertas hacia una práctica integradora.

    La labor fundamental del psicopedagogo es la de orientar o lo que es lo mismo guiar y aconsejar por el camino más adecuado, para ayudar a que la persona se forme de la mejor manera posible y en este caso para que nuestros jinetes se sientan seguros con las terapias y ayudas que les brindamos, por eso quién mejor ayudante que un caballo para ayudarnos a “guiar” a esos jinetes que requieren de nosotros para mejorar integralmente.



Francisco Javier Pérez Giménez

jueves, 10 de junio de 2010

La Orientación escolar.


LA ORIENTACIÓN ESCOLAR

El papel que la LOE asigna a los orientadores es imprescindible para la evaluación psicopedagógica, para acceder a los programas de integración o compensatoria, programas de aprendizaje básico (PAB), programas de refuerzo, orientación y apoyo (PROA), diversificación curricular o programas de cualificación profesional inicial. (PCPI).

Juan Antonio Planas Domingo es presidente de la Confederación de las Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE), a la que pertenece la Asociación Psicopedagógica de Ceuta. A través de sus respuestas, acercaremos a los lectores ceutíes a la Orientación Escolar.

¿En qué consiste la orientación educativa?

La Orientación educativa es importantísima en el sistema educativo actual. Los orientadores son la pieza clave para detectar a tiempo cualquier problemática educativa o personal en los alumnos, asesorar al profesorado y a las familias. El nuevo rol de la orientación debe ser mucho más ambicioso dirigido a la formación y al asesoramiento al profesorado tanto a nivel individual como colectivo, y no tanto a las intervenciones clínicas centradas en unos pocos alumnos.

En la nueva dimensión de la orientación debe abarcar a toda la comunidad educativa, es decir, a la totalidad de los alumnos, de los profesores y a las familias. En ese sentido se puede aprovechar nuestra formación psicopedagógica y experiencia docente en la formación inicial del profesorado tanto de infantil y primaria como de educación secundaria.

¿Cuál es el futuro de la intervención psicopedagógica?

Debe ser más sistémica y preventiva. Por ello, la intervención ha de ser menos clínica, basada en unos pocos alumnos, y más psicopedagógica con intervenciones globales y conjuntas con el resto del profesorado. Por ejemplo, en lugar de incidir exclusivamente en un alumno con problemas de hiperactividad y déficit de atención es preferible que la intervención sea a nivel de aula teniendo en cuenta a todos los alumnos que también pueden contribuir a ayudar al alumno con problemas.

Se está observando que la orientación cada vez va a ser más importante en la sociedad del futuro. Ahora, cuando se está desarrollando la LOE, los profesionales de la educación vemos prioritario que se tengan más en cuenta las medidas preventivas. Es necesario intervenir en los problemas antes de que se hagan más serios e irresolubles. Por mi experiencia de más de 20 años como maestro y como orientador he comprobado que cuanto antes se incida en cualquier problema educativo, por ejemplo en las dificultades en la adquisición de la lectoescritura, mejor pronóstico tiene el futuro. No es lo mismo dar clase a un grupo homogéneo que a otro heterogéneo, con diferentes capacidades y rendimiento tanto por debajo como por arriba. Hay que asesorar al profesorado en cuanto a problemáticas que antes no existían o se desconocían. También precisan orientación en temas como: materiales específicos para trabajar en la diversidad, agrupamientos más reducidos, las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, información sobre instituciones especializadas, mejora de la tutoría, medidas para mejorar la convivencia en la comunidad educativa, etc. Igualmente, pautas educativas para trabajar con los alumnos discapacitados, grupo que presenta una grandísima variabilidad en cuanto a la tipología, los requerimientos y los programas de intervención a desarrollar con ellos, así como una necesidad importante de coordinar las actuaciones de todos aquellos profesionales que trabajan con estos alumnos.

¿Qué percepción tiene el profesorado sobre el trabajo de los orientadores?

La mayoría del profesorado no sólo nos ve imprescindibles para que funcionen correctamente los centros educativos, sino que con frecuencia ellos mismos nos solicitan asesoramiento y orientación. No es lo mismo dar clase a un grupo homogéneo que a otro heterogéneo, con diferentes capacidades y rendimiento tanto por debajo como por arriba. Porque frecuentemente nos olvidamos de los alumnos con altas capacidades donde la orientación es tanto o más importante. Hay que asesorar al profesorado en cuanto a problemáticas que antes no existían o se desconocían, como el déficit de atención, la hiperactividad, las ludopatías, la anorexia, la bulimia o la drogadicción. También precisan orientación en temas como: materiales específicos para trabajar en esa disparidad, agrupamientos más reducidos, las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, información sobre instituciones especializadas, etc. Por eso cada vez se nos valora más y la aceptación entre el profesorado es mayor.

¿Cuándo deben intervenir los orientadores?

Apostamos por que un alumno tenga una atención especializada desde el principio, si es en Infantil mejor que en Primaria. Porque si no, el alumno tiene problemas de autoestima, cada vez tiene menos perseverancia en su trabajo, los padres empiezan a desmotivarse porque su hijo no obtiene resultados positivos a pesar del esfuerzo y algunos profesores dejan de lado a esos alumnos con más dificultades. Como orientadores pensamos que si se invirtiera más en los profesionales dedicados a esta tarea (orientadores, profesores de PT, de AL, de Compensatoria y Trabajadores Sociales) se ahorraría muchísimo dinero y también supondría mejorar el estado anímico de los alumnos. Sin duda alguna, estas medidas en el futuro también redundarían en la mejora de la convivencia entre los alumnos.

Otro aspecto a considerar es que la escuela ahora es mucho más compleja que hace años, en el sentido de que la heterogeneidad del alumnado es mayor que nunca. Aunque la LOE establece un marco general aceptable, a nivel de orientación está apenas desarrollada. Por otro lado, en España disponemos de un complejo sistema de orientación dependiendo de cada Comunidad Autónoma. En Infantil y Primaria existen orientadores que están a tiempo completo en determinados centros y en otras comunidades están integrados en equipos de orientación que atienden esporádicamente a cada centro. En Educación Secundaria el modelo es más homogéneo (salvo en Cataluña) a través de los Departamentos de Orientación. En general en infantil y primaria, el trabajo fundamental es de diagnóstico, en secundaria se dedica más tiempo al asesoramiento de los alumnos tanto personal como académico y profesional.

¿Cuáles son las propuestas del colectivo de orientadores para el futuro inmediato?

Según informes del propio Ministerio de Educación el fracaso y el abandono escolar no están disminuyendo. Al contrario van en aumento. A mi parecer son dos de los problemas más importantes del sistema educativo español. Con frecuencia se ha gastado demasiada energía en debates estériles que no tienen nada que ver con las preocupaciones reales de la sociedad. Para el colectivo de orientadores es imprescindible adaptarnos a las nuevas necesidades del alumnado y de la sociedad actual. Por tanto, las metodologías deberán ser más participativas por parte del alumnado. Habrá que tener en cuenta el aprendizaje cooperativo y colaborativo. Los alumnos de hoy en día aprenden más por la vía visual que por la auditiva y están familiarizados con las nuevas tecnologías. La metodología y los contenidos actuales no pueden permanecer ajenos a esta realidad.

En cuanto a la formación inicial y permanente del profesorado es imprescindible que se tenga en cuenta la formación psicopedagógica. Por eso planteamos que los orientadores podemos y debemos contribuir a la formación del profesorado. El modelo de orientación que planteamos es el de una Orientación de calidad para toda la comunidad educativa y a lo largo de toda la vida. Por tanto, habría que contemplar de igual manera la orientación en los centros de personas adultas, en la Universidad y en las Enseñanzas Artísticas. Independientemente de la etapa, no es de recibo que un solo orientador deba atender a más de 1.000 alumnos con sus respectivas familias. Tal como recomienda la UNESCO, sería necesaria una ratio de un orientador por cada 250 alumnos.

Fuente: Anpe

La orientación académica y profesional


LA ORIENTACIÓN ACADÉMICA Y PROFESIONAL

Esta semana vamos a aprovechar este espacio para profundizar en una de las áreas de interés prioritario de la Psicopedagogía, que es la orientación académica y profesional que, generalmente, se lleva a cabo en institutos de Educación Secundaria a través de los conocidos Departamentos de Orientación.

Partimos de la idea de que el ser humano necesita orientación y, en todo caso, ayuda para orientarse. Entre los aspectos más novedosos y destacados del actual sistema educativo, se encuentra la necesidad y conveniencia de la Orientación como un elemento esencial que favorece la calidad y mejora de la enseñanza.

En realidad, esta conveniencia y necesidad de la orientación, aunque pueda parecer una novedad, no lo es. Cuenta ya con un siglo de historia en algunos de los sistemas educativos más evolucionados. Incluso es preciso afirmar que nuestro país cuenta con una importante tradición orientadora desde hace varias décadas.

La orientación académica y la orientación profesional se hallan estrechamente vinculadas, ya que los estudios académicos se proyectan siempre hacia una profesión o grupo de profesiones. Para realizar una orientación adecuada en todos estos campos, a menudo, se disponen de unos recursos, más o menos estructurados. Dicha orientación, según el momento que se planteaba y las circunstancias, podía tener un carácter preventivo (proactiva) y/o resolutivo (reactivo), siendo el orientador quien daba pautas de intervención que ejecutaban los propios profesores tutores. En algunos casos, si las circunstancias lo requerían, además de intervenir el profesor tutor intervenía un profesor especializado. El orientador, pues, relacionado con el cuadro pedagógico del centro, podía ofrecer recursos de intervención individual y grupal aportando técnicas y recursos propios de su formación y de su vinculación con otros especialistas.

En estos momentos esta acción orientadora ha adquirido una gran complejidad ya que la variabilidad de situaciones, la amplitud de necesidades, las situaciones que se generan con la flexibilidad curricular y las demandas que surgen para poder dar respuesta a la diversidad de los alumnos, implican la presencia de un profesional especializado: el Psicopedagogo (no siempre presente).

Por tanto, se pone en evidencia que esta orientación no da respuesta a las necesidades de toda la población, por lo que es imprescindible la actuación directa de una persona, el tutor, que, estando estrechamente vinculado con el grupo, pueda hacer un seguimiento adecuado a todas las situaciones que se presenten. En este caso, el Psicopedagogo podrá completar la acción tutorial con un análisis más exhaustivo tanto de variables como de implicaciones, recursos y alternativas, pero en ningún caso sustituirle.

La orientación que debe recibir el alumnado en los centros educativos se dirige a tres ámbitos: el personal, que consiste en un proceso de ayuda al sujeto con la finalidad de que tenga un suficiente conocimiento de sí mismo y del mundo que le rodea para que sea capaz de resolver los problemas de su vida; en segundo lugar, el ámbito académico, que hace referencia al proceso de ayuda técnica dirigido a la persona con el fin de mejorar el rendimiento académico, el desarrollo de aptitudes y la adaptación al centro docente; y, por último, y no por ser menos importante, el ámbito profesional, que tiene como finalidad favorecer el desarrollo de la capacidad de autoconocimiento, toma de decisiones y de búsqueda activa de información de tipo académico y profesional, de tal modo que el alumno pueda efectuar un proceso personalizado, activo y crítico de elección académica y de inserción laboral.

Los estudiantes de los centros de Educación Secundaria tienen que tomar decisiones que afectarán a su futuro de manera importante, concretamente las que se refieren a sus estudios y a su futura profesión. El alumno, sin embargo, no suele ser consciente de la importancia que tiene elegir bien entre opciones académicas y profesionales. Este tipo de transición está preocupando a las instituciones, por lo que se está tratando a través de propuestas, programas, etc., de ayudar a los jóvenes para pasar a la vida activa. Cada vez más es imprescindible, entre el mundo educativo y el laboral, mantener una estrecha colaboración y permeabilidad entre la institución educativa y la sociedad, donde la información, la formación, la orientación y el asesoramiento van a jugar un papel predominante en aspectos de políticas de empleo, en formación, en nuevas tecnologías, en nuevas profesiones, en intercambios de experiencias…

En última instancia, se persigue que el propio alumno tome las decisiones; es decir, la “auto-orientación”, aunque en este proceso será muy importante el asesoramiento que pueda prestar el profesorado, especialmente el tutor/a, así como la familia y el orientador.

Para terminar, hay que señalar que, aunque nos hemos centrado en la etapa educativa de secundaria, la orientación es un proceso de carácter psicopedagógico que se lleva a cabo en diversos momentos y situaciones a lo largo de toda la vida, incluso, por poner un ejemplo, durante la transición del trabajo a la jubilación.

Farah Mohamed Chaib

Fundamentos del aprendizaje II


FUNDAMENTOS DEL APRENDIZAJE II

Si bien las teorías del aprendizaje son de gran utilidad para el profesional, es preciso señalar sus limitaciones para desalentar las falsas expectativas que a veces aparecen en los profesionales que han hecho un curso de Psicología del Aprendizaje. Si bien todas las teorías son útiles, no puede esperarse que todas las actividades que se realicen en la sala de clases deban ser inspiradas solamente por una determinada teoría del aprendizaje.

Hay que entender que una teoría del aprendizaje, cualquiera que sea, no puede proporcionar principios únicos y aplicables a todas las situaciones que se presentan en la práctica educativa. La intención del presente módulo es proporcionar una visión de las principales corrientes acerca del aprendizaje, a fin de que el profesional pueda utilizar aquella explicación que le parezca más adecuada a su particular situación psicoeducativa o profesional. Por otra parte, creo que en la medida que el profesional conozca las explicaciones científicas acerca del aprendizaje, podrá explicarse muchas de las prácticas educativas con las que él mismo fue educado y que, muy probablemente, inspiran sus actuales funciones.

Antes del siglo XX, tres grandes tipos de teorías del aprendizaje orientaban la práctica educativa. Algunos filósofos y educadores planteaban que la educación era básicamente un proceso de disciplina y adiestramiento de la mente. Para ellos, por lo tanto, las facultades mentales debían ser ejercitadas de la misma manera como los deportistas ejercitan sus músculos para hacerlos desarrollarse. Éste es el fundamento de la teoría llamada “Disciplina Mental”.

Otros pensadores, como por ejemplo Juan Jacobo Rousseau, partían del concepto de un hombre intrínsecamente bueno que debe vivir lo más posible en contacto con la naturaleza; esta teoría, llamada del “Aprendizaje por medio del Desarrollo”, no concedía mayor importancia al proceso de la instrucción, considerando que las capacidades innatas del ser humano pueden desenvolverse apropiadamente sin necesidad de sufrir la influencia

de la sociedad, que cumple más bien un papel corruptor en el individuo.

La teoría anterior al siglo XX más influyente en la educación es, sin lugar a dudas, la de Johann Herbart, filósofo alemán que desarrolló una psicología sistemática del aprendizaje, dando una gran importancia a los aspectos mentales que intervienen en el aprendizaje. Es una teoría de tipo

asociacionista que da principal relevancia al papel del interés en los procesos de aprendizaje. Un especial aporte de la teoría de Herbart, también llamada “Teoría de la Percepción” consistió en una sistematización de los pasos que deben seguirse en la enseñanza con el fin de que el aprendizaje sea efectivo.

Finalizando el siglo XIX, más precisamente en 1879, Wilhelm Wundt formó el primer laboratorio destinado al estudio experimental de los fenómenos psicológicos. La fundación de este laboratorio en la ciudad de Leipzig, Alemania, contribuyó a que la psicología adquiriera patente de ciencia. En palabras de Maurice Reuchlin, psicólogo francés, “... quien estableció definitivamente la autonomía de la psicología experimental fue indiscutiblemente W. Wundt (1832-1920). Señaló netamente sus orígenes...” (Reuchlin, 1964) y en otra parte el mismo Reuchlin dice “La importancia de la obra de Wundt no consiste solamente en la obra en sí misma, sino en el hecho de que las grandes corrientes que han influido en el desarrollo posterior de la psicología experimental pueden ser presentadas como reacciones contra ciertas características de su sistema. Para Wundt, el objeto de la psicología lo consistían las experiencias inmediatas del individuo, que son accesibles solamente a través de la introspección, método en el que se le solicita al mismo individuo que informe acerca de sus estados subjetivos".

La gran mayoría de las teorías del aprendizaje que surgen en el siglo XX reaccionan en contra de las posiciones de Wundt y rechazan el método de la introspección. Este método atentaba contra las raíces mismas de la investigación científica que exige, como garantía de la objetividad, que observadores independientes puedan controlar la validez y confiabilidad de la observación. Por otra parte, empiezan a tomar cada vez mayor importancia los experimentos realizados con animales, a los cuales es obviamente imposible solicitar que informen sobre sus estados de conciencia.

La labor experimental de Wundt estaba dirigida especialmente a investigar las sensaciones y las percepciones, sobre todo en lo que se refería a la visión y a la audición. Ese mismo interés por fenómenos de índole claramente fisiológica llevó a que fueran precisamente los fisiólogos de la época quienes combatieran con mayores argumentos la teoría de la introspección.

Tal vez el más destacado de los fisiólogos que reaccionó en contra de la subjetividad de las interpretaciones de una psicología basada en la introspección fue Iván Pavlov. La obra de Pavlov aportó a la psicología científica un aporte valiosísimo: la noción del reflejo condicionado.

El Condicionamiento Clásico. Los Reflejos.

Iván Pavlov (1849-1936), fisiólogo ruso, llegó a la psicología como por casualidad. La mayor parte de sus trabajos de investigación realizados en el Instituto de Medicina Experimental, del cual era Director, se orientaban a estudiar los procesos digestivos. Precisamente por esas investigaciones, recibió en 1904 el Premio Nobel de Medicina. Sin embargo, en el curso de los trabajos que lo llevaron a tan alta distinción, se produjo lo que podríamos catalogar como una “observación heurística”2 cuando, tratando de determinar las secreciones de jugos gástricos en perros a los que se les presentaba una porción de carne, observó que los pasos del empleado del laboratorio que portaba la carne que iba a ser utilizada en el experimento eran suficientes para provocar en los animales una secreción gástrica así como salivación. Pavlov denominó este fenómeno “secreción psíquica” y, a partir de 1900, emprendió su estudio sistemático. Durante 3 años examinó la secreción salival en los perros, hasta llegar a presentar en 1903 sus descubrimientos frente al Congreso Médico reunido en Madrid. Incluso durante sus investigaciones, Pavlov debió enfrentar la corriente introspeccionista tan fuertemente establecida a partir de Wundt: su ayudante más directo, Snarski, intentó entregar explicaciones “subjetivas” del fenómeno, llegando incluso a hablar de “deseos” y “sentimientos” del perro de laboratorio. Pavlov separó sendas con su ayudante y se mantuvo en el terreno estrictamente fisiológico; ello le llevó a plantear la noción de “reflejo condicionado”, que se encuentra en la base de la teoría del Condicionamiento Clásico.

Toda la obra de Pavlov se basa en el descubrimiento de los reflejos propios de la actividad de la corteza cerebral. El concepto de reflejo proviene del filósofo Descartes, a pesar de que en realidad éste no usó exactamente ese término. Pavlov se refiere con las siguientes palabras al concepto de reflejo:

“Hace 300 años, Descartes, considerando que la actividad de los animales, en oposición a la del hombre, era automática, estableció la noción de reflejo, acto fundamental del sistema nervioso. Toda actividad del organismo es la necesaria respuesta de éste a algún agente del mundo exterior, en la que el órgano activo se encuentra con el agente dado en una relación de causa a efecto, relación que se establece por medio de una determinada vía nerviosa.” (Pavlov, 1967).

Ya en 1750 se habían estudiado los reflejos de una rana decapitada, la cual reaccionaba a los pinchazos en la piel extendiendo sus patas. También en esa misma época, el escocés Robert Whitt describió el reflejo pupilar a la luz.

Sin embargo, hasta los estudios de Pavlov, el cerebro era terreno vedado para el estudio de los reflejos.


Fuente: Máster en Psicopedagogía Clínica (ITEAP).

Quique Rodríguez