lunes, 5 de julio de 2010

Por la seguridad vial de su hijo

La Educación Vial en la etapa de Educación Infantil, de alguna forma, es un primer acercamiento de los niños de estas edades a esta materia, pues ni por madurez ni por capacidad es el mejor momento para el aprendizaje de los comportamientos necesarios para que los niños se desplacen solos por las calles. Sin embargo cuando empezamos temprano sin forzar en ningún momento a los niños, se consigue un aprendizaje antes y más consolidado, siempre dándole el tiempo necesario con una actitud positiva y de tranquilidad.

¿COMO EVOLUCIONA SU HIJO/A?

Su hijo comienza a entrar en la etapa denominada intuitiva, en la que conocen todo a través de los sentidos.

- Su pensamiento es sincrético, intuitivo, concreto y sin reflexión.

- La función simbólica ha logrado su máxima expresión.

- Su razonamiento aún está vinculado al proceso de percepción, que puede ser muy engañosa, pues su hijo puede centrarse en dos dimensiones sucesivas.

- Las características del pensamiento de su hijo son: Centración (incapacidad de captar diversas variables de un problema); Irreversibilidad (no es capaz de retroceder una situación).

- Pensamiento mágico (no es capaz de discriminar la realidad de la fantasía); Juego simbólico (utiliza todo tipo de objetos dándoles otros significados durante el juego).

- A nivel lingüístico, le gusta mucho hablar, especialmente preguntar. Es normal que haga preguntas sin parar, enlazando una pregunta con la siguiente.

- Su adaptación social y su autonomía mejoran de forma considerable, son capaces de jugar en grupo, de comer, de vestirse y desvestirse de forma autónoma, …

- La motricidad gruesa experimenta un buen desarrollo, esto se debe a la necesidad de gastar energía y de moverse, propias de esta edad.

SU HIJO/A Y SU RELACIÓN CON EL TRÁFICO

La percepción del tráfico:

La percepción visual de los niños de esta etapa se caracteriza por tener un campo muy limitado. Así, el campo visual es sólo de 110 grados a los 6 años, ampliándose progresivamente hasta llegar a los 180 grados, que es el de los adultos. La limitación del campo visual dificulta la detección del movimiento en la periferia del campo (obligando a los niños pequeños a girar la cabeza para detectar movimientos laterales), lo que implica un aumento en el tiempo de reacción para identificar los objetos que se localizan en dicha zona.

También tienen limitaciones para localizar la dirección del sonido, necesitando la confirmación visual para detectar la fuente de emisión del mismo. Otras dificultades son las de estimar las distancias y la velocidad de los objetos, lo que conlleva que no puedan calcular bien el tiempo que un vehículo tarda en llegar a la posición que ellos ocupan, ni la distancia que hay hasta la otra acera ni, por tanto, el tiempo que tardarán en cruzar la calzada. En cuanto a la capacidad para determinar la velocidad de los vehículos, los niños y las niñas, hasta los 8 años aproximadamente, consideran los coches ruidosos y pequeños como más rápidos que los silenciosos y grandes.

También hay que mencionar la importancia que tiene en la percepción del tráfico la estatura de los niños y las niñas de esta etapa lo que provoca que tengan más obstáculos que los adultos (por ejemplo: turismos aparcados, contenedores de basuras, etc.), y que su perspectiva les cause muchos problemas para la estimación de distancias.
La atención.

El control de la atención no se consigue hasta prácticamente los 5 años. Esto hace que en situaciones viales muchas veces los niños presten atención a aspectos intranscendentes para las mismas, como por ejemplo un amigo que está en la otra acera. A finales de esta etapa el niño o la niña ya puede centrarse en dos dimensiones sucesivas y, hacia los 6 ó 7 años, puede distinguir entre situaciones en las que debe realizar búsquedas de elementos significativos -por ejemplo bordillo- de aquellas en las que puede dedicarse a jugar.
El proceso de toma de decisiones.

La toma de decisiones en la situación vial, se ve afectada por múltiples procesos independientes como son:
• Estimación de la distancia, velocidad y tiempo.
• Anticipación inadecuada de las posibles acciones de otros participantes en el tráfico.
• Inadecuada percepción de la causalidad, lo que provoca una excesiva aceptación del riesgo al no poder ver las implicaciones peligrosas que tiene el tráfico.
• La impulsividad, ya que sólo a partir de los 5 ó 7 años consiguen inhibir sus impulsos en favor de otras funciones más cognitivas.
• La lentitud en el procesamiento de la información, que es mayor que en los adultos, por lo que desaprovecha algunas situaciones viales favorables para atravesar las calles.

EL APRENDIZAJE DE REGLAS EN SU HIJO

Los niños y niñas de Educación Infantil comienzan a conocer y respetar algunas reglas como forma de socialización, influyendo esto también en su conducta vial: posibilidad de desplazarse en itinerarios poco peligrosos, mayor autonomía,...

Todas estas características de los niños de esta etapa, no deben poner en duda la necesidad de la Educación Vial en la misma, sino que deben llevarnos a tenerlas en cuenta a la hora de planificar y programar las distintas actividades, situándonos en su “zona de desarrollo potencial”.
- Perspectiva globalizadora: se parte de la concepción del aprendizaje como producto del establecimiento de múltiples conexiones entre los nuevos aprendizajes y lo ya aprendido.
- Aprendizajes significativos: implica partir de los conocimientos previos de los alumnos/as, es decir, partir de lo que éstos conocen y piensan, conectar de sus intereses y necesidades.
- Aprendizaje funcional: la escuela ha de educar para la vida, así es fundamental que el alumno/a sea capaz de utilizar en su vida cotidiana lo aprendido en el ámbito escolar.
- Actividad-juego: supone la fuente principal de aprendizaje y desarrollo en la infancia. La actividad es importante tanto para el desarrollo físico como para el cognitivo. Es a partir de la propia actividad como el niño/a aprende y transforma la realidad.

En consecuencia la metodología en la etapa de educación infantil ha de potenciar situaciones y tiempos donde los niños/as puedan desarrollar sus capacidades de manipulación, observación, experimentación, construcción,… a través de experiencias variadas que les permitan aplicar y construir sus propios esquemas de conocimiento.

El juego o actividad lúdica va a adquirir un papel relevante al ser una actividad natural en estas edades y siendo motor del desarrollo tanto emocional, intelectual y social.

Los padres/madres son los responsables más directos de la educación vial de sus hijos y son el contexto de desarrollo en el que preferentemente se desenvuelven los niños/as en estas edades.

Los padres/madres, a través de su ejemplo, son los primeros agentes educadores y los primeros modelos de comportamiento de sus hijos/as. Tanto si la conducta que ellos realizan es buena o mala, ésta será la que el niño/a adopte y la que tomará como referencia. Se deberán aprovechar todos aquellos desplazamientos que realicen con sus hijos/as para poner en práctica y reforzar los contenidos de educación vial que desde el aula se estén trabajando, dándose en algunas ocasiones, casos en que los propios hijos/as sean los que puedan llaman la atención a la mala conducta provocada por el padre/madre.

CONSEJOS DE SEGURIDAD VIAL PARA LOS PADRES

Fomente desde el principio, en sus hijos, hábitos y comportamientos seguros. Recuerde que la educación es uno de los pilares fundamentales para la reducción de accidentes de tráfico.

Es esencial que se comporte adecuadamente como peatón acompañado de su hijo en el uso de las vías públicas, respetando las normas de circulación y seguridad vial.

En edades tempranas los niños aprenden muchas conductas que observan en los mayores. Recuerde: practique con el ejemplo.

Cuando lleve de la mano a sus hijos, hágalo por la parte interior de la acera. Además de tenerlos más protegidos le evita respirar los humos de los coches.

Es realmente necesario que tanto Usted como sus pasajeros utilicen siempre los sistemas de retención y protección: cinturón de seguridad, casco y sillas infantiles. Solamente con que utilizáramos en todos los desplazamientos, por cortos que sean, estos sistemas de seguridad conseguiríamos reducir muchas muertes y lesiones de gravedad.

Enseñe a sus hijos el camino más seguro para ir al colegio, indicándoles los posibles peligros que se puedan encontrar.

Procure que su hijo actúe cada vez de forma más autónoma en sus actividades habituales.
Recuerde que muchas de las muertes y atropellos se producen a la salida del colegio. Tenga precaución, también después del “cole”.

Insista a sus hijos para que esperen en lugar seguro.

Ayúdele a observar y a explorar su entorno más inmediato, incentivando su actitud de curiosidad.

Motive a su hijo a descubrir, conocer y controlar progresivamente su propio cuerpo, con el objeto de que valore sus posibilidades y limitaciones.

Si realiza viajes largos, pare frecuentemente para que puedan descansar. Tenga en cuenta que los niños necesitan moverse frecuentemente y se aburren con facilidad.

Procure que su hijo adquiera conciencia ciudadana en relación con el uso de las vías publicas y el trafico.

Ayude a su hijo a progresar en al adquisición de hábitos encaminados a la creación del sentido vial (observación visual, auditiva, de prudencia y pronta decisión, psicomotrices, relacionados con la noción espacial, etc…).

Regale seguridad: un casco, rodilleras o un chaleco para la bicicleta les evitarán más de un apuro.
Sus hijos deben saber que los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, están para ayudarles en caso de apuro. No es bueno por tanto, la costumbre de tratar de intimidar a los niños con la Policía, porque con ello solo logrará que en caso preciso su hijo no recurra a quien precisamente está para ayudarle.

Daniel y Quique Rodríguez Castillo
Asociación Psicopedagógica de Ceuta

1 comentario:

  1. Según un estudio de la web 'zoover.es' en Italia es donde peor se conduce, seguido de cerca por... España.

    http://bit.ly/9d1LTd

    Tenemos que cambiarlo!

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