domingo, 9 de mayo de 2010

Introducción a la Psicopedagogía Clínica

¿Qué es la Psicopedagogía Clínica?

Por Psicopedagogía Clínica podemos entender el Ejercicio-trabajo interdisciplinario acerca del diagnóstico e intervención en términos de Psicología, Pedagogía y Clínica socio-sanitaria, que lleva a cabo el profesional de formación multi-interdisciplinaria y con fines sociales, educativos y terapéuticos.

El profesional de la Psicopedagogía Clínica, debe contar con un amplio conocimiento de los diferentes modelos, teorías y métodos sobre la evaluación, planificación, diseño curricular de los diferentes niveles educativos, didácticos y de profesionalización pedagógica y Docente.
Además, el psicopedagogo clínico también deberá contar con un conocimiento amplio de las bases de la conducta, el desarrollo, el aprendizaje y su intervención con fines psicopedagógicos, tanto en niños como adolescentes, geriátricos, y en sujetos discapacitados y especiales.
Este último aspecto es fundamental, pues normalmente se suele reducir la percepción del psicopedagogo dentro del ámbito escolar e infantil, mientras que las intervenciones son aplicables a todas las etapas de la vida, teniendo una especial relevancia la etapa de la tercera edad o vejez.
El objeto fundamental de la Psicopedagogía Clínica.

Resulta difícil determinar con exactitud los objetivos de una disciplina científica, sobre todo cuando esta tiene una finalidad eminentemente aplicada. Sin embargo, si nos remitimos a los aportes que la Psicopedagogía Clínica hace al proceso de la educación, deberíamos formular dos objetivos fundamentales: a) los problemas que tienen que ver con la Psicología del Aprendizaje y b) los problemas que tienen que ver con la Psicología del Desarrollo y de las diferencias individuales; a ellos podría agregarse: c) la problemática de la pedagogía del educador.
Uno de los puntos de partida para examinar el aporte que puede hacer la Psicopedagogía Clínica, es considerar que no hay problema educativo que no tenga una implicación psicológica. Toda terapia es educativa y toda educación es terapéutica.

Los objetivos específicos de la Psicopedagogía Clínica.

1) La comprensión científica de la Educación en sus contextos sociales.

Educar implica una exigencia vital y cultural que tiene lugar en el comportamiento del ser humano como consecuencia tanto de impulsos internos del desarrollo individual como de requerimientos sociales de adaptación a situaciones de cambio y de ideales de modelación de la personalidad según esquemas y jerarquías de valores vigentes. Desde este enfoque, es posible plantear que la educación es el producto simultáneo de tres presiones:

a) La maduración y desarrollo interior de cada individuo en su proceso de crecimiento.

b) Las condiciones económicas de mantenimiento y transformación de una sociedad con ritmos más lentos o más acelerados de cambio.

c) Los valores de los grupos, clases e instituciones que velan por la supremacía o renovación de determinadas creencias o normas.

La educación constituye en nuestros días uno de los medios de comunicación de mayor importancia, penetrando a todas las estructuras sociales y movilizando a la gran mayoría de cada país. La educación es uno de los recursos más efectivos y necesarios de la movilidad social y ocupacional, ya que –entendiéndola en su sentido amplio– se refiere tanto a un proceso sistemático, como el que puede darse en escuelas, colegios y universidades, como un proceso asistemático de formación y promoción, como puede darse en una empresa.

Sin embargo, es posible decir que la educación se encuentra desde hace tiempo en crisis. Crisis que se muestra, por ejemplo, manifestada en un bajo nivel cultural de la población en su conjunto; crisis catapultada y acelerada por un sistema económico en el cual el derecho a ser educado ha pasado a ser una mercancía que puede adquirirse en el mercado sólo por quienes disponen de un adecuado nivel adquisitivo.

La crisis de la educación es una crisis de fundamentos y de precisión de objetivos debidamente organizados en un sistema estable de valores y principios consistentes, que no se encuentren sometidos a presiones del momento. La educación, como instrumento de cambio social, debe controlar, regular y dirigir el cambio, pero no ser un mero juguete de manifestaciones parciales y encontradas de dicho cambio. Es decir, la educación deberá estructurarse sobre la base de una reflexión consciente de su sentido, expectativas, actitudes y exigencias.
2) La naturaleza y los cambios del desarrollo.

El conocimiento de los principios biológicos, psicológicos y sociales que favorecen u obstaculizan el desarrollo del ser humano, permite trazar un marco de referencia concreto a los planes y programas de la metodología de la enseñanza.

Las actividades educativas y los instrumentos del saber se harán significativos y valiosos en la medida que sean oportunos y congruentes con los logros de la maduración y concuerden con los intereses y disposiciones del aprendizaje correlativos a los impulsos del desarrollo.
3) El proceso y las formas del aprendizaje.

Tradicionalmente el proceso del aprendizaje ha sido uno de los objetivos de la psicopedagogía. La forma en que se aborda desde la Psicopedagogía Clínica este proceso trata de ayudar al profesor a comprender en qué situaciones y en qué relación con otros factores de maduración, de personalidad y de estímulos sociales, se producen cambios significativos en el comportamiento, como consecuencia del esfuerzo del ser humano por adaptarse a nuevas condiciones del ambiente o procurar modificarlo.

4) El estudio de las diferencias humanas y su implicación en la educación.

El cuarto objetivo específico de la Psicopedagogía Clínica se relaciona con la capacidad de la ciencia de determinar las diferencias individuales y socioculturales, para hacer de la enseñanza una actividad dosificada, acorde con la individualidad del alumno y con los rasgos particulares de grupos y subgrupos culturales.

No es conveniente continuar realizando una educación masificada y rígida, que se aplique indiscriminadamente, sin considerar la individualidad y la diversidad del educando. Cada alumno tiene sus propias potencialidades las que, en la medida que sean adecuadamente consideradas por el profesor, le permitirán avanzar mejor en su proceso de formación.



Conclusión.

La Psicopedagogía Clínica constituye, por tanto, un campo profesional con perfil propio en el que converge la práctica educativa en intersección con las particularidades subjetivas, sociales y culturales de personas e instituciones.

Requieren atención psicopedagógica, fenómenos como el progresivo aumento del fracaso escolar, las dificultades de aprendizaje, la crisis de las relaciones familia-escuela, el aumento de la edad de escolarización obligatoria, la violencia en los centros educativos y la psicopatología emergente en cada caso. Pero también solicitan la intervención psicopedagógica los sujetos inmersos en la incesante necesidad de incorporarse a la formación permanente a lo largo de toda la vida profesional, y de continuarla más allá de la edad de jubilación en actividades que combinan la educación con el ocio creativo.

Hoy día, asistimos al incremento de la demanda cotidiana de intervención clínica y psicopedagógica para atender síntomas y malestares que caracterizan a algunos de los problemas del panorama actual, como los llamados déficit de atención por hiperactividad, trastornos afectivos y de ansiedad, trastornos de la alimentación y del sueño, toxicodependencias, etc.

La Psicopedagogía como enfoque práctico debe, entonces, abandonar el ideal del control y de la eficacia ciega para aproximarse a la realidad de los obstáculos presentes en relación con el saber. Maestros, educadores sociales, psicólogos, pedagogos, psicopedagogos y, en general, todos aquellos profesionales implicados en procesos de formación, encontrarán en la Psicopedagogía Clínica los elementos y criterios fundamentales para alcanzar un entendimiento clínico de los problemas de siempre, así como de los de nueva producción.

A partir de las dificultades de nuestra época y desde la acción concreta de los agentes educativos, la Psicopedagogía Clínica introduce y construye un nuevo ámbito profesional y disciplinar para la Psicopedagogía.

Psicopedagogía y deporte

La psicopedagogía es una disciplina aún muy inédita en la sociedad en la que vivimos, es una actividad puesta en marcha hace relativamente poco tiempo si comparamos con otras ciencias del ámbito de la educación y no se le ha dado la importancia que merece. Es muy evidente el fracaso escolar en el que está inmerso nuestro país y aún así, la psicopedagogía sigue siendo una gran desconocida.


Acordaos de vuestra época de estudiantes, alguna que otra vez hemos tenido algún problema con nuestra marcha en los estudios y no hemos sabido muy bien qué hacer, cómo volver a encauzarnos por el camino adecuado o cómo afrontar dicho problema. Es aquí cuándo habría que recurrir a la figura del psicopedagogo, más como el orientador del colegio o instituto, esa persona que mucha gente por falta de información o desconocimiento no sabe que existe. Los motivos de esta falta de información, son varios, habría que buscarlos en los mismos profesores de los alumnos, que muchas veces piensan que son lo bastante eficientes cuándo les surge un problema que no le compete profesionalmente o que tienen poca información al respecto, en vez de recurrir al psicopedagogo, estos intentan poner soluciones a veces erróneas.


También tendríamos que buscar la culpa de esa falta de información, en los mismos padres de los alumnos, que en vez de tratar el problema que pueda tener su hijo con un especialista adecuado, apuntan a los niños a clases particulares de todo tipo: Inglés, Matemáticas, Lengua, etc. Esperando que así su niño pueda aprobar las asignaturas que tiene más problemas en superar. Y es aquí donde quiero que reflexionen, sobre ese suspenso que pueda tener su hijo en lengua, ¿realmente suspende esa asignatura porque es “torpe” en lengua?, podría ser que sí, pero antes de afirmar totalmente esto, habría que indagar en el por qué de ese suspenso y plantearnos otras cuestiones como ¿ha perdido la motivación mi hijo con los estudios?, ¿El profesor que tiene motiva lo suficiente a sus alumnos?, ¿tiene un problema con la lectura?, ¿tiene mi hijo dificultades en el proceso de aprendizaje de la lengua?.


Son cuestiones que antes de recurrir al recurso de unas clases particulares, es decir, a la vía rápida y precipitada, tendríamos que acudir en este caso a la figura del psicopedagogo y que sea este el que estudie el caso concreto, para tomar así una solución que más le satisfaga al alumno.
Una vez hecho una breve reseña de las funciones que podría tener un psicopedagogo en el ámbito educativo, ahora quiero daros un poco a conocer un ámbito en el que podría trabajar un licenciado en psicopedagogía, no es otro que el del deporte, si habéis leído bien, el DEPORTE, a través de las siguientes líneas voy a tratar de explicar este ámbito por el que podría trabajar un psicopedagogo.


Yo me atrevería a decir que el ámbito del deporte es una estrategia para la intervención psicopedagógica. Todos sabemos los grandes beneficios que tiene el deporte para la salud, pero no solo física sino también para la salud mental y es aquí donde justifico la psicopedagogía y nuestra intervención. Actualmente, en los clubes deportivos que compiten, tienen más el afán de participar en los eventos por el hecho de ser los mejores y el de ganar, cosa que no me parece del todo mal, pero si no se olvida por otra parte una célebre frase que dice: “mens sana in corpore sano”. Aquí tendríamos que plantearnos si dichos clubes son conscientes de lo que significa esa frase o si se ha perdido el sentido de la misma. Podría decir que prácticamente se ha perdido porque viendo los excesos y abusos de entrenamiento que se producen con los deportistas, preparadores, técnicos, etc., que sólo buscan el reconocimiento y el éxito social. Es aquí donde un psicopedagogo tendría que entrar en acción, y ver que el deporte y la competición, no sólo es el dinero, la fama y el prestigio social, sino una cosa más importante como es la persona como un ser que se forma a través de otros y para otros. Con esto me estoy refiriendo al deporte como medio para crear y recrear lo social.


Años atrás se le daba más valor a la familia y éstas estaban más implicadas en los clubes deportivos, los cuáles no buscaban el beneficio económico, sino el bienestar de la entidad y ser reconocida socialmente debido a sus buenas relaciones entre familias, entrenadores, deportistas, etc. El psicopedagogo tiene que ser capaz de revalorizar el aspecto educativo del deporte, para que pueda ser aprendido en todos los aspectos que lo conforman.


Muchas veces a los competidores adolescentes se le plantean problemas relacionadas con la competitividad, las adicciones y la violencia, es aquí donde haría falta un psicopedagogo para encauzar dichos problemas, para dar pautas educativas y de solución de conflictos a sus entrenadores, familias e incluso a los propios deportistas.



Es importante considerar al hombre como unidad, como un todo, como un sujeto integrado por diferentes factores que los constituyen, lo significan, y desde los cuales se posiciona en los diferentes ámbitos de su vida. Esto vendría relacionado, con el sentido educativo que tiene el deporte como el compañerismo y trabajo en equipo. Por eso, es importante profesionales que sepan tratar estos aspectos que nunca tendrían que ser olvidados por el deportista ni por las personas que le rodean (monitores, preparadores, familiares). Se ha olvidado mucho este aspecto y hay que luchar por conseguir que se recupere ese espíritu de compañerismo, humildad y trabajo en equipo, que no solo hará que se consigan los éxitos deportivos, sino que también se puedan encajar las derrotas con más deportividad. No dudo del buen hacer de los entrenadores, pero solo digo que se ha dejado de lado su rol de formadores. Al deporte hay que darle valores humanos, para conseguir así una escuela de la vida. Con estos valores, el chico tendrá unas herramientas muy poderosas, para poderse desenvolver con más facilidad en la toma de decisiones significativas de su vida.


El rol del psicopedagogo en las instituciones deportivas facilitaría la formación de sujetos integrales, es decir, marcados por sus aspectos físicos, culturales, sociales y psicológicos. Podría dar las herramientas de formación adecuadas a los entrenadores, cuando se encontraran a un niño con cualquier problema de integración en un grupo, ya sean problemas físicos o mentales de cualquier tipo.


Los psicopedagogos tienen una formación específica con respecto a los procesos de enseñanza-aprendizaje, esto complementaría la labor de los entrenadores, profesores de educación física y cualquier otro profesional dedicado al deporte, en el momento que surgiera un problema de aprendizaje de cualquier tipo, ahí estaría el psicopedagogo para poder dar soluciones y respuestas a dicho problema.


Con respecto al ámbito deportivo en general las actividades que pueden desarrollar los psicopedagogos son varias. Podría desempeñarse como psicopedagogo institucional, encargándose de las relaciones entre los miembros de las organizaciones facilitando la comunicación, realizando capacitaciones para entrenadores que puedan promover en forma paralela el rendimiento deportivo y la formación de la persona como ser humano. Podría dar orientaciones que permitan trabajar la capacidad de autoconcepto de los actores del deporte, la confianza en sí mismos, el respeto por su cuerpo y por tanto el de los otros.


Es importante que la figura del psicopedagogo, se dé a conocer, porque es mucho el bien que puede hacer en la sociedad y se está desaprovechando un profesional que podría mejorar muchos aspectos de la persona en diferentes ámbitos sociales. Considero a la psicopedagogía un gigante dormido, que tiene que despertar para darse a conocer, es largo el camino que nos queda por recorrer y tenemos que ser los propios psicopedagogos con el apoyo de las instituciones los que promovamos este tipo de trabajo para la sociedad ya que esta siempre está en continua evolución, hay que abrirse a nuevas realidades y estrategias de intervención.



Fco. Javier Pérez Giménez (APSICOPCE)