Esta semana vamos a aprovechar este espacio para profundizar en una de las áreas de interés prioritario de la Psicopedagogía, que es la orientación académica y profesional que, generalmente, se lleva a cabo en institutos de Educación Secundaria a través de los conocidos Departamentos de Orientación.
Partimos de la idea de que el ser humano necesita orientación y, en todo caso, ayuda para orientarse. Entre los aspectos más novedosos y destacados del actual sistema educativo, se encuentra la necesidad y conveniencia de la Orientación como un elemento esencial que favorece la calidad y mejora de la enseñanza.
En realidad, esta conveniencia y necesidad de la orientación, aunque pueda parecer una novedad, no lo es. Cuenta ya con un siglo de historia en algunos de los sistemas educativos más evolucionados. Incluso es preciso afirmar que nuestro país cuenta con una importante tradición orientadora desde hace varias décadas.
La orientación académica y la orientación profesional se hallan estrechamente vinculadas, ya que los estudios académicos se proyectan siempre hacia una profesión o grupo de profesiones. Para realizar una orientación adecuada en todos estos campos, a menudo, se disponen de unos recursos, más o menos estructurados. Dicha orientación, según el momento que se planteaba y las circunstancias, podía tener un carácter preventivo (proactiva) y/o resolutivo (reactivo), siendo el orientador quien daba pautas de intervención que ejecutaban los propios profesores tutores. En algunos casos, si las circunstancias lo requerían, además de intervenir el profesor tutor intervenía un profesor especializado. El orientador, pues, relacionado con el cuadro pedagógico del centro, podía ofrecer recursos de intervención individual y grupal aportando técnicas y recursos propios de su formación y de su vinculación con otros especialistas.
En estos momentos esta acción orientadora ha adquirido una gran complejidad ya que la variabilidad de situaciones, la amplitud de necesidades, las situaciones que se generan con la flexibilidad curricular y las demandas que surgen para poder dar respuesta a la diversidad de los alumnos, implican la presencia de un profesional especializado: el Psicopedagogo (no siempre presente).
Por tanto, se pone en evidencia que esta orientación no da respuesta a las necesidades de toda la población, por lo que es imprescindible la actuación directa de una persona, el tutor, que, estando estrechamente vinculado con el grupo, pueda hacer un seguimiento adecuado a todas las situaciones que se presenten. En este caso, el Psicopedagogo podrá completar la acción tutorial con un análisis más exhaustivo tanto de variables como de implicaciones, recursos y alternativas, pero en ningún caso sustituirle.
La orientación que debe recibir el alumnado en los centros educativos se dirige a tres ámbitos: el personal, que consiste en un proceso de ayuda al sujeto con la finalidad de que tenga un suficiente conocimiento de sí mismo y del mundo que le rodea para que sea capaz de resolver los problemas de su vida; en segundo lugar, el ámbito académico, que hace referencia al proceso de ayuda técnica dirigido a la persona con el fin de mejorar el rendimiento académico, el desarrollo de aptitudes y la adaptación al centro docente; y, por último, y no por ser menos importante, el ámbito profesional, que tiene como finalidad favorecer el desarrollo de la capacidad de autoconocimiento, toma de decisiones y de búsqueda activa de información de tipo académico y profesional, de tal modo que el alumno pueda efectuar un proceso personalizado, activo y crítico de elección académica y de inserción laboral.
Los estudiantes de los centros de Educación Secundaria tienen que tomar decisiones que afectarán a su futuro de manera importante, concretamente las que se refieren a sus estudios y a su futura profesión. El alumno, sin embargo, no suele ser consciente de la importancia que tiene elegir bien entre opciones académicas y profesionales. Este tipo de transición está preocupando a las instituciones, por lo que se está tratando a través de propuestas, programas, etc., de ayudar a los jóvenes para pasar a la vida activa. Cada vez más es imprescindible, entre el mundo educativo y el laboral, mantener una estrecha colaboración y permeabilidad entre la institución educativa y la sociedad, donde la información, la formación, la orientación y el asesoramiento van a jugar un papel predominante en aspectos de políticas de empleo, en formación, en nuevas tecnologías, en nuevas profesiones, en intercambios de experiencias…
En última instancia, se persigue que el propio alumno tome las decisiones; es decir, la “auto-orientación”, aunque en este proceso será muy importante el asesoramiento que pueda prestar el profesorado, especialmente el tutor/a, así como la familia y el orientador.
Para terminar, hay que señalar que, aunque nos hemos centrado en la etapa educativa de secundaria, la orientación es un proceso de carácter psicopedagógico que se lleva a cabo en diversos momentos y situaciones a lo largo de toda la vida, incluso, por poner un ejemplo, durante la transición del trabajo a la jubilación.
Farah Mohamed Chaib
No hay comentarios:
Publicar un comentario