jueves, 10 de junio de 2010

Fundamentos del aprendizaje II


FUNDAMENTOS DEL APRENDIZAJE II

Si bien las teorías del aprendizaje son de gran utilidad para el profesional, es preciso señalar sus limitaciones para desalentar las falsas expectativas que a veces aparecen en los profesionales que han hecho un curso de Psicología del Aprendizaje. Si bien todas las teorías son útiles, no puede esperarse que todas las actividades que se realicen en la sala de clases deban ser inspiradas solamente por una determinada teoría del aprendizaje.

Hay que entender que una teoría del aprendizaje, cualquiera que sea, no puede proporcionar principios únicos y aplicables a todas las situaciones que se presentan en la práctica educativa. La intención del presente módulo es proporcionar una visión de las principales corrientes acerca del aprendizaje, a fin de que el profesional pueda utilizar aquella explicación que le parezca más adecuada a su particular situación psicoeducativa o profesional. Por otra parte, creo que en la medida que el profesional conozca las explicaciones científicas acerca del aprendizaje, podrá explicarse muchas de las prácticas educativas con las que él mismo fue educado y que, muy probablemente, inspiran sus actuales funciones.

Antes del siglo XX, tres grandes tipos de teorías del aprendizaje orientaban la práctica educativa. Algunos filósofos y educadores planteaban que la educación era básicamente un proceso de disciplina y adiestramiento de la mente. Para ellos, por lo tanto, las facultades mentales debían ser ejercitadas de la misma manera como los deportistas ejercitan sus músculos para hacerlos desarrollarse. Éste es el fundamento de la teoría llamada “Disciplina Mental”.

Otros pensadores, como por ejemplo Juan Jacobo Rousseau, partían del concepto de un hombre intrínsecamente bueno que debe vivir lo más posible en contacto con la naturaleza; esta teoría, llamada del “Aprendizaje por medio del Desarrollo”, no concedía mayor importancia al proceso de la instrucción, considerando que las capacidades innatas del ser humano pueden desenvolverse apropiadamente sin necesidad de sufrir la influencia

de la sociedad, que cumple más bien un papel corruptor en el individuo.

La teoría anterior al siglo XX más influyente en la educación es, sin lugar a dudas, la de Johann Herbart, filósofo alemán que desarrolló una psicología sistemática del aprendizaje, dando una gran importancia a los aspectos mentales que intervienen en el aprendizaje. Es una teoría de tipo

asociacionista que da principal relevancia al papel del interés en los procesos de aprendizaje. Un especial aporte de la teoría de Herbart, también llamada “Teoría de la Percepción” consistió en una sistematización de los pasos que deben seguirse en la enseñanza con el fin de que el aprendizaje sea efectivo.

Finalizando el siglo XIX, más precisamente en 1879, Wilhelm Wundt formó el primer laboratorio destinado al estudio experimental de los fenómenos psicológicos. La fundación de este laboratorio en la ciudad de Leipzig, Alemania, contribuyó a que la psicología adquiriera patente de ciencia. En palabras de Maurice Reuchlin, psicólogo francés, “... quien estableció definitivamente la autonomía de la psicología experimental fue indiscutiblemente W. Wundt (1832-1920). Señaló netamente sus orígenes...” (Reuchlin, 1964) y en otra parte el mismo Reuchlin dice “La importancia de la obra de Wundt no consiste solamente en la obra en sí misma, sino en el hecho de que las grandes corrientes que han influido en el desarrollo posterior de la psicología experimental pueden ser presentadas como reacciones contra ciertas características de su sistema. Para Wundt, el objeto de la psicología lo consistían las experiencias inmediatas del individuo, que son accesibles solamente a través de la introspección, método en el que se le solicita al mismo individuo que informe acerca de sus estados subjetivos".

La gran mayoría de las teorías del aprendizaje que surgen en el siglo XX reaccionan en contra de las posiciones de Wundt y rechazan el método de la introspección. Este método atentaba contra las raíces mismas de la investigación científica que exige, como garantía de la objetividad, que observadores independientes puedan controlar la validez y confiabilidad de la observación. Por otra parte, empiezan a tomar cada vez mayor importancia los experimentos realizados con animales, a los cuales es obviamente imposible solicitar que informen sobre sus estados de conciencia.

La labor experimental de Wundt estaba dirigida especialmente a investigar las sensaciones y las percepciones, sobre todo en lo que se refería a la visión y a la audición. Ese mismo interés por fenómenos de índole claramente fisiológica llevó a que fueran precisamente los fisiólogos de la época quienes combatieran con mayores argumentos la teoría de la introspección.

Tal vez el más destacado de los fisiólogos que reaccionó en contra de la subjetividad de las interpretaciones de una psicología basada en la introspección fue Iván Pavlov. La obra de Pavlov aportó a la psicología científica un aporte valiosísimo: la noción del reflejo condicionado.

El Condicionamiento Clásico. Los Reflejos.

Iván Pavlov (1849-1936), fisiólogo ruso, llegó a la psicología como por casualidad. La mayor parte de sus trabajos de investigación realizados en el Instituto de Medicina Experimental, del cual era Director, se orientaban a estudiar los procesos digestivos. Precisamente por esas investigaciones, recibió en 1904 el Premio Nobel de Medicina. Sin embargo, en el curso de los trabajos que lo llevaron a tan alta distinción, se produjo lo que podríamos catalogar como una “observación heurística”2 cuando, tratando de determinar las secreciones de jugos gástricos en perros a los que se les presentaba una porción de carne, observó que los pasos del empleado del laboratorio que portaba la carne que iba a ser utilizada en el experimento eran suficientes para provocar en los animales una secreción gástrica así como salivación. Pavlov denominó este fenómeno “secreción psíquica” y, a partir de 1900, emprendió su estudio sistemático. Durante 3 años examinó la secreción salival en los perros, hasta llegar a presentar en 1903 sus descubrimientos frente al Congreso Médico reunido en Madrid. Incluso durante sus investigaciones, Pavlov debió enfrentar la corriente introspeccionista tan fuertemente establecida a partir de Wundt: su ayudante más directo, Snarski, intentó entregar explicaciones “subjetivas” del fenómeno, llegando incluso a hablar de “deseos” y “sentimientos” del perro de laboratorio. Pavlov separó sendas con su ayudante y se mantuvo en el terreno estrictamente fisiológico; ello le llevó a plantear la noción de “reflejo condicionado”, que se encuentra en la base de la teoría del Condicionamiento Clásico.

Toda la obra de Pavlov se basa en el descubrimiento de los reflejos propios de la actividad de la corteza cerebral. El concepto de reflejo proviene del filósofo Descartes, a pesar de que en realidad éste no usó exactamente ese término. Pavlov se refiere con las siguientes palabras al concepto de reflejo:

“Hace 300 años, Descartes, considerando que la actividad de los animales, en oposición a la del hombre, era automática, estableció la noción de reflejo, acto fundamental del sistema nervioso. Toda actividad del organismo es la necesaria respuesta de éste a algún agente del mundo exterior, en la que el órgano activo se encuentra con el agente dado en una relación de causa a efecto, relación que se establece por medio de una determinada vía nerviosa.” (Pavlov, 1967).

Ya en 1750 se habían estudiado los reflejos de una rana decapitada, la cual reaccionaba a los pinchazos en la piel extendiendo sus patas. También en esa misma época, el escocés Robert Whitt describió el reflejo pupilar a la luz.

Sin embargo, hasta los estudios de Pavlov, el cerebro era terreno vedado para el estudio de los reflejos.


Fuente: Máster en Psicopedagogía Clínica (ITEAP).

Quique Rodríguez

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